¿Qué es la obesidad?
La obesidad, también conocida como gordura, es una enfermedad crónica caracterizada por una acumulación excesiva de peso. grasa corporal se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa corporal. Se diagnostica cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 30 kg/m². La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la obesidad es un trastorno metabólico asociado a un sobrepeso grave y un balance energético positivo. Los grados de gravedad se clasifican en tres clases: Obesidad de grado I (IMC 30-34,9), obesidad de grado II (IMC 35-39,9) y obesidad de grado III (IMC ≥ 40).
Las causas de la obesidad son variadas e incluyen factores relacionados con el estilo de vida, hormonales, genéticos y ambientales. A la hora de evaluar el riesgo para la salud, no sólo es importante el IMC, sino también el patrón de distribución de la grasa, especialmente el perímetro de la cintura. La obesidad abdominal se asocia a mayores riesgos para la salud, ya que cada vez se relaciona más con enfermedades como diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Causas de la obesidad
La obesidad está causada por un desequilibrio a largo plazo entre la ingesta y el gasto de calorías, con una ingesta excesiva de calorías que conduce al almacenamiento de grasa. Las causas más comunes incluyen un estilo de vida desfavorable con falta de ejercicio y acceso constante a alimentos hipercalóricos, que a menudo se ofrecen en grandes porciones. Los factores genéticos también desempeñan un papel importante; los antecedentes familiares de obesidad aumentan el riesgo individual.
También influyen aspectos psicosociales como el estrés, depresión y falta de sueño aumentan el riesgo de obesidad. Estos factores pueden conducir a un comportamiento alimentario poco saludable y a una reducción de la actividad física. Además, ciertas afecciones médicas, como el hipotiroidismo o el síndrome de Cushing, y el uso de determinados medicamentos pueden influir en el peso corporal y aumentar el riesgo de obesidad. En general, existe una compleja interacción de factores biológicos, psicológicos y ambientales que contribuyen al desarrollo de la obesidad.
Poco saludable dieta
Una dieta poco saludable poco saludablerica en azúcar y grasas poco saludables puede tener graves consecuencias para la salud. A menudo provoca un aumento de los niveles de azúcar en sangre y favorece la obesidad a largo plazo. En particular, deben evitarse los productos precocinados que contienen azúcares ocultos, como los zumos de frutas y los aperitivos, ya que aportan hidratos de carbono vacíos. También debe reducirse el consumo de hidratos de carbono de alimentación, ya que una ingesta elevada de hidratos de carbono puede aumentar el riesgo de obesidad.
Para las personas con un IMC igual o superior a 30 kg/m² que realizan comidas rápidas pérdida de peso pueden considerarse dietas formuladas especialmente con un aporte energético muy bajo. Sin embargo, sólo deben utilizarse bajo supervisión médica. También es importante tener en cuenta que una dieta a menudo entraña riesgos para la salud y rara vez conduce a una mejora a largo plazo. pérdida de peso a largo plazo promete éxito a largo plazo en la pérdida de peso. Por lo tanto, una dieta equilibrada debe ser siempre dieta que promueva la salud y el bienestar a largo plazo.
Falta de actividad física
La falta de actividad física en los adultos mayores suele estar relacionada con factores propios de la edad, como la jubilación, la movilidad reducida y las enfermedades que dolor que provocan dolor con el movimiento. Afecciones como la artritis y los trastornos del equilibrio limitan considerablemente la actividad física y agravan el problema. Cuando disminuye la actividad física, los individuos pierden masa muscular, lo que a su vez reduce la tasa metabólica en reposo. Con menos tejido muscular, es más fácil ganar peso, ya que el cuerpo quema menos calorías en reposo.
Los factores ambientales también desempeñan un papel crucial. El acceso limitado a rutas seguras para caminar y los problemas generales de seguridad pueden disuadir aún más a los adultos mayores de realizar actividad física. Esta combinación de problemas de salud, físicos y ambientales contribuye a un ciclo de inactividad, aumento de peso y riesgos para la salud asociados. Abordar estos problemas mediante un entorno de apoyo e intervenciones específicas puede ayudar a los adultos mayores a mantener sus niveles de actividad física y su bienestar general.
Factores genéticos
Los factores genéticos desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la obesidad. Los estudios muestran que alrededor del 70-80% de los casos de obesidad son genéticos, y hasta la fecha se han identificado unos 100 genes asociados a esta enfermedad. Sin embargo, aún no está claro el número exacto de genes relevantes ni sus efectos específicos en el desarrollo del peso.
La predisposición genética a la obesidad puede manifestarse durante largos periodos de tiempo en relación con la ingesta y el consumo de energía. Además, el desarrollo en la primera infancia puede verse influido por factores como el peso de la madre o diabetes gestacional que pueden hacer que los niños tengan un mayor peso al nacer.
Los estudios con gemelos también han aportado pruebas fehacientes de que las influencias genéticas contribuyen significativamente a la evaluación del riesgo individual de obesidad. Estos hallazgos ponen de relieve la compleja interacción entre la base genética y las influencias ambientales y demuestran lo importante que es tener en cuenta las predisposiciones genéticas en la prevención y el tratamiento de la obesidad.
Influencias psicosociales
Las influencias psicosociales desempeñan un papel fundamental en el comportamiento alimentario y el desarrollo de la obesidad. La percepción negativa de uno mismo y la baja autoestima pueden tentar a los afectados a compensar el estrés emocional comiendo en exceso. Los factores psicosociales estresantes, como los problemas familiares y laborales, también contribuyen a alterar el comportamiento alimentario y pueden conducir al aumento de peso.
El aprendizaje de hábitos alimentarios en la infancia, a menudo a través del apoyo emocional y las recompensas alimentarias, conduce a pautas de comportamiento poco saludables arraigadas. La obesidad también puede causar marginación social, lo que aumenta el riesgo de depresión y trastornos de ansiedad y deteriora aún más la autoestima de los afectados. Las hormonas del estrés, como el cortisol, que se producen cada vez más en las enfermedades mentales, también pueden contribuir al aumento de peso. Estas complejas interacciones ilustran lo profundamente arraigados que están los factores psicosociales en el desarrollo y mantenimiento de hábitos alimentarios poco saludables.
Condiciones médicas
La obesidad es una enfermedad crónica causada por un exceso de grasa corporal y se considera un grave problema de salud en todo el mundo. La obesidad grave se considera una enfermedad de la civilización y puede provocar enfermedades secundarias graves como diabetes diabetes de tipo 2. Los factores genéticos desempeñan aquí un papel importante; los estudios con gemelos demuestran que la obesidad puede tener un componente hereditario.
Además, la obesidad también puede producirse como resultado de enfermedades adquiridas, como trastornos alimentarios o adicciones. Curiosamente, hasta un 30% de las personas con obesidad no presentan ningún trastorno metabólico demostrado. Sin embargo, ciertos trastornos metabólicos, como el hipotiroidismo o los desequilibrios de cortisol, pueden causar directamente obesidad.
La compleja interacción de factores genéticos, psicológicos y ambientales contribuye al desarrollo de la obesidad y requiere una comprensión exhaustiva de los enfoques terapéuticos adecuados.
Fisiopatología de la obesidad
La obesidad se considera una enfermedad crónica causada por una acumulación excesiva de grasa corporal y está asociada a riesgos considerables para la salud. Dos procesos fisiopatológicos principales son decisivos: un aumento permanente de la ingesta energética en comparación con la producción de energía y un aumento del valor normal de la ingesta energética. Este desplazamiento del valor objetivo suele provocar recaídas tras los intentos de terapia, lo que complica el tratamiento de la obesidad.
Importantes proteohormonas como la leptina y la grelina desempeñan un papel central en el desarrollo y el mantenimiento de la obesidad. La leptina señala la saciedad, mientras que la grelina estimula el hambre. Aunque los mecanismos exactos que conducen a la fisiopatología de la obesidad aún no se conocen del todo, se están desarrollando continuamente nuevos enfoques de investigación que podrían contribuir a una mejor comprensión de la enfermedad. Estos hallazgos son cruciales para el desarrollo de enfoques terapéuticos más eficaces para combatir la obesidad.
Cambios físicos en el cuerpo
La obesidad tiene importantes efectos físicos en el organismo. Cuando la ingesta de energía supera el gasto energético durante un largo periodo de tiempo, se produce una acumulación de grasa corporal. La obesidad puede agravar numerosos problemas de salud, entre ellos diabeteshipertensión arterial y niveles elevados de colesterol. Los cambios fisiológicos asociados a la obesidad pueden incluir un aumento de la presión arterial y niveles altos de colesterol. porcentaje de grasa corporal y un cambio en el equilibrio hormonal.
Además de los cambios metabólicos, también puede haber estrés mecánico, sobre todo en el sistema óseo y las articulaciones. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 40 kg/m² casi siempre padecen una forma grave de obesidad, que aumenta el riesgo de complicaciones graves de salud como enfermedades cardiovascularesaumenta considerablemente. A reducción de peso de tan sólo entre el 5 y el 10 por ciento puede tener ya importantes efectos positivos sobre la salud y ayuda a reducir el riesgo de problemas de salud relacionados con el peso.
Riesgos para la salud asociados a la obesidad
La obesidad es una enfermedad compleja y crónica caracterizada por un peso corporal excesivo que aumenta significativamente el riesgo de padecer numerosos problemas de salud. Entre ellos se incluyen diabetesla hipertensión arterial enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer, que pueden conducir a una muerte prematura. En Alemania, alrededor del 49% de las mujeres y el 64% de los hombres tenían sobrepeso en 2013, lo que ilustra la elevada prevalencia de la obesidad.
El aumento de la obesidad se considera una enfermedad de la civilización y puede tener graves consecuencias a largo plazo, tales como diabetes diabetes de tipo 2. Ya se pueden conseguir efectos positivos mediante la reducción de peso del 5 al 10%, lo que contribuye a reducir los problemas de salud asociados a la obesidad. Para minimizar los riesgos, es esencial adoptar medidas oportunas en forma de alimentación sana. dieta y el ejercicio regular son cruciales.
Impacto en niños y adolescentes
La obesidad en niños y adolescentes es un grave problema de salud causado por estilos de vida poco saludables, incluidas las dietas hipercalóricas. dieta y la falta de ejercicio. La obesidad puede provocar complicaciones de salud ya en la infancia. Además, los niños obesos corren un mayor riesgo de sufrir acoso escolar, lo que a menudo desemboca en depresión y problemas emocionales.
Para determinar el estado ponderal se utilizan valores de referencia del IMC específicos para cada edad y sexo, ya que el IMC puede variar en este grupo de edad. Los estudios demuestran que los factores genéticos contribuyen al desarrollo de la obesidad en el 70-80% de los casos, lo que subraya la importante influencia de la herencia.
Es importante señalar que el desarrollo de la obesidad en la infancia tiene consecuencias a largo plazo. Los niños que son obesos a una edad temprana tienen un mayor riesgo de padecer obesidad más adelante. Por tanto, es crucial adoptar medidas preventivas para fomentar cambios saludables en el estilo de vida durante la infancia.
Efectos durante el embarazo
Durante el embarazo, un índice de masa corporal (IMC) elevado, igual o superior a 30, puede tener importantes repercusiones negativas en la salud de la madre y el niño. Aumenta el riesgo de hospitalización de los niños debido a Enfermedades cardiovasculares y aumenta la tasa de mortalidad en alrededor de un tercio. Además, la obesidad durante el embarazo está fuertemente asociada a un mayor riesgo de diabetes gestacionaltambién conocida como diabetes gestacionalasociada. Sin detectar diabetes gestacional puede provocar macrosomía fetal, lo que puede dar lugar a complicaciones en el parto.
El exceso de peso de la madre también tiene efectos a largo plazo sobre el peso corporal del niño en etapas posteriores de su vida. Esto es especialmente problemático si la madre padece obesidad o diabetes padece obesidad o diabetes. Además, factores como fumar durante el embarazo y no dar el pecho aumentan el riesgo de que los niños tengan sobrepeso más adelante. Estos aspectos demuestran lo importante que es un estilo de vida saludable durante el embarazo para minimizar el riesgo para la madre y el niño.
Enfoques terapéuticos
El tratamiento de la obesidad requiere un enfoque integral que incluya opciones psicológicas, médicas y quirúrgicas. El apoyo psicológico de acompañamiento es especialmente importante, sobre todo cuando los trastornos alimentarios o depresión o depresión, que requieren terapia especializada. Medicación para la reducción de peso deben ser prescritos por un médico y están destinados a personas con un IMC de 30 kg/m² o superior, especialmente si existen enfermedades concomitantes como diabetes de tipo 2 o la hipertensión.
A pérdida de peso de tan sólo entre el 5 y el 10 por ciento ya puede reportar importantes beneficios para la salud, como la mejora de la diabetes y la hipertensión. Sin embargo, si los pacientes extremadamente obesos son capaces de perder peso tras un programa básico de seis meses (dietaejercicio y terapia conductual), la cirugía bariátrica puede considerarse una posible opción de tratamiento. Es una solución importante para quienes no consiguen los resultados deseados con los métodos convencionales.
El sitio terapia nutricional requiere un cambio significativo en el comportamiento alimentario y se centra en un dietarica en verduras, legumbres, carne magra y pescado como proteínas de alta calidad. Una dieta reducción de peso de 1 a 2 kilos al mes reduciendo la ingesta de grasas e hidratos de carbono. Para las personas con un IMC igual o superior a 30 kg/m², pueden utilizarse dietas especiales, por ejemplo productos con un aporte energético muy bajo, durante un máximo de 12 semanas bajo supervisión médica.
Las estrategias más importantes para cambiar los hábitos alimentarios incluyen hacer pausas entre las comidas, evitar los tentempiés y comer raciones más pequeñas. Para una dieta sostenible pérdida de peso personalizada recomendaciones dietéticas adaptados a las circunstancias individuales y al estado de salud. En general, estos ajustes pueden conducir a un control del peso más eficaz y a mejores resultados sanitarios.
Intervenciones de actividad física
El ejercicio es un componente clave del tratamiento de la obesidad, ya que aumenta el gasto energético y previene la pérdida de masa muscular. Las recomendaciones actuales aconsejan al menos 150 minutos de actividad física a la semana. Los deportes de resistencia, como el footing, el ciclismo y la natación, son especialmente eficaces.
Además, el ayuno intermitente puede ser útil, pero es crucial limitar la ingesta de alimentos a las comidas principales y evitar el picoteo para lograr resultados óptimos.
El entrenamiento de fuerza también debe incluirse en el programa de ejercicio, ya que la masa muscular aumenta la tasa metabólica basal y, por lo tanto, favorece los efectos de quema de calorías incluso durante los periodos de descanso. La actividad física intensa, incluidos 150 minutos de footing o el uso de una bicicleta elíptica, también ayuda a reducir el riesgo de cardiopatía coronaria. cardiopatías y mejorar la resistencia general.
En resumen, puede decirse que una combinación de entrenamiento de resistencia y de fuerza, así como la concienciación nutrición esencial para una reducción de peso y la mejora de la salud.
Asesoramiento psicológico
El asesoramiento psicológico desempeña un papel crucial en el apoyo a las personas con obesidad, especialmente cuando se trata de tratar trastornos alimentarios como los atracones o el síndrome del comedor nocturno, así como depresión así como la depresión. Un objetivo central del tratamiento psicoterapéutico es normalizar el comportamiento alimentario, desarrollando así hábitos alimentarios saludables.
La terapia aborda los problemas psicológicos subyacentes que pueden contribuir al desarrollo o mantenimiento de los trastornos alimentarios. También se restablece la salud física para tratar complicaciones de salud como deficiencias nutricionales o desequilibrios hormonales.
Otro aspecto importante de la terapia psicológica es el fomento de la autoaceptación y la autoestima. Se hace hincapié en que el valor de la persona no depende de su peso corporal ni de su apariencia. Mediante un enfoque holístico, el asesoramiento psicológico pretende mejorar el bienestar de los afectados y apoyarlos en su camino hacia hábitos de vida saludables.
Opciones de medicación
En Austria existen tres opciones de tratamiento farmacológico para el sobrepeso y la obesidad: orlistat, liraglutida y naltrexona/bupropión. Estos medicamentos se consideran cuando el índice de masa corporal (IMC) es de 30 kg/m² (obesidad de grado 1) o de 27 kg/m² (obesidad con comorbilidades). Además, deben considerarse para personas con un IMC de 28 kg/m² o superior y factores de riesgo o enfermedades adicionales.
La eficacia del tratamiento farmacológico se controla durante las cuatro primeras semanas; sólo puede continuarse si se observa un reducción de peso de al menos 2 kilos. El orlistat actúa inhibiendo la absorción de grasas en el intestino y reduciendo así la ingesta de calorías. La liraglutida y la naltrexona/bupropión ofrecen mecanismos de acción alternativos para reducir la ingesta de calorías. pérdida de peso favorecen la pérdida de peso. Sin embargo, estos medicamentos deben utilizarse como parte de un plan de tratamiento integral que incluya cambios en el estilo de vida.
Intervenciones quirúrgicas
La cirugía bariátrica, también conocida como cirugía bariátrica, se utiliza cuando las opciones de tratamiento tradicionales como dieta y el ejercicio han sido infructuosos durante al menos seis meses, sobre todo en casos de obesidad extrema. Los procedimientos pueden ayudar a los pacientes a perder entre el 50% y el 80% de su exceso de peso o a reducir su índice de masa corporal (IMC) entre diez y veinte unidades. Por regla general, la cirugía bariátrica se recomienda cuando el IMC alcanza al menos 40 kg/m² o al menos 35 kg/m² en presencia de comorbilidades.
Los estudios demuestran que la cirugía bariátrica conlleva una mejora de las comorbilidades relacionadas con el peso, tales como diabetes y enfermedades cardiovasculares independientemente de la técnica utilizada. Los estudios de análisis comparativo sugieren que los pacientes sometidos a cirugía bariátrica tienen una mayor esperanza de vida en comparación con los que siguen tratamientos convencionales. Por tanto, estos procedimientos quirúrgicos no sólo ofrecen un reducción de pesosino también importantes beneficios para la salud, lo que las convierte en un método eficaz para atajar la obesidad.
Complicaciones de la obesidad
La obesidad conlleva importantes riesgos para la salud y puede causar diversas enfermedades. Entre ellas se incluyen diabetesen particular diabetes de tipo 2donde las personas con obesidad tienen más del triple de riesgo de desarrollar la enfermedad. A menudo aparece el síndrome metabólico, que incluye trastornos en el metabolismo del azúcar y las grasas, así como enfermedades cardiovasculares enfermedades. Las personas con sobrepeso también tienen un mayor riesgo de padecer diversos tipos de cáncer y enfermedades del sistema cardiovascular. tracto gastrointestinalriñones y pulmones.
Además de los riesgos para la salud física, también hay que tener en cuenta los factores psicosociales. Muchos enfermos sufren exclusión social, depresión y trastornos de ansiedad, que merman considerablemente su calidad de vida. La combinación de estas cargas físicas y psicológicas pone de manifiesto los complejos retos que conlleva la obesidad y subraya por qué son de gran importancia la prevención y la intervención tempranas.
Diabetes de tipo 2 suele ir asociada a la obesidad y está causada por la resistencia a la insulina, en la que las células del organismo dejan de responder eficazmente a la insulina. Alrededor del 80% de los pacientes recién diagnosticados tienen sobrepeso, lo que convierte a la obesidad en un importante factor de riesgo. Para compensar la resistencia a la insulina, las células beta del páncreas producen más insulina. Sin embargo, esta sobrecarga acaba por agotar estas células.
Un rasgo característico de la diabetes tipo 2 es el elevado nivel de azúcar en sangre causado por la falta de insulina, que puede provocar graves enfermedades secundarias como enfermedades cardiovasculares y el síndrome metabólico. La obesidad no sólo aumenta el riesgo de padecer estas enfermedades, sino que también incrementa las dificultades para controlar los niveles de glucosa en sangre. La prevención y la intervención precoz son cruciales para minimizar el desarrollo de diabetes tipo 2 y promover la salud en general. Un estilo de vida sano, que incluya una alimentación equilibrada equilibrada y el ejercicio regular, desempeña un papel fundamental en la prevención.
Las personas con sobrepeso corren especial riesgo de Enfermedades cardiovasculares como el ictus y infarto de miocardio. La obesidad aumenta el riesgo de cardiopatía coronaria cardiopatíaporque el exceso grasa corporal la salud del corazón se ve afectada negativamente. Un mayor peso corporal suele correlacionarse con la hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo de las cardiopatías. enfermedades cardiovasculares. Además, la acumulación de grasa corporal puede provocar dislipidemia, un trastorno caracterizado por niveles poco saludables de grasa en la sangre, que aumenta el riesgo de cardiopatías aumentado.
La compleja relación entre la obesidad y otros riesgos para la salud como la diabetes y la hipertensión pone de relieve la importancia de un peso corporal saludable. Previniendo la obesidad pueden evitarse muchas de las enfermedades antes mencionadas, lo que subraya la importancia de un estilo de vida sano para promover una gestión saludable del peso. salud cardiaca se hace hincapié. Por lo tanto, la educación sobre sana y el ejercicio regular deben ser prioritarios para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares para reducir al mínimo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Efectos sobre la salud mental
La obesidad tiene un impacto significativo en la salud mental. La marginación social que suele acompañar a la obesidad puede depresión y trastornos de ansiedad y perjudicar gravemente la calidad de vida de los afectados. Las personas suelen utilizar la alimentación emocional como mecanismo de afrontamiento del estrés, el aburrimiento o la tristeza, lo que aumenta aún más el aumento de peso.
La baja autoestima y una imagen corporal alterada también contribuyen a un comportamiento alimentario poco saludable. Se crea así un círculo vicioso de sobrealimentación y autovaloración negativa. Además, enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad influyen notablemente en el comportamiento alimentario, por lo que en fases depresivas suelen tener preferencia por alimentos ricos en azúcar y grasa.
Los factores de estrés psicosocial, como los conflictos familiares o profesionales, también pueden influir negativamente en el comportamiento alimentario y favorecer el desarrollo de la obesidad. En conjunto, estos factores demuestran lo estrechamente relacionados que están la salud mental y el comportamiento alimentario.
Estrategias de prevención y sensibilización
La prevención de la obesidad requiere un enfoque holístico que incluya diversas estrategias. Entre los elementos clave figuran la sensibilización sobre una alimentación sana saludables y el fomento del ejercicio físico regular. Ya se ha reducción de peso del 5 al 10 por ciento puede ofrecer importantes beneficios para la salud, como la reducción de enfermedades como el diabetes y la hipertensión.
Es importante que el tratamiento de la obesidad integre enfoques multifacéticos, que incluyan cambios en el estilo de vida, terapias farmacológicas e intervenciones quirúrgicas cuando sea necesario. Un equipo multidisciplinar de diversos profesionales sanitarios (médicos, nutricionistas y psicólogos) puede proporcionar una atención eficaz. Estos profesionales ayudan a los pacientes a tomar decisiones informadas y a mejorar su salud a largo plazo.
Combinando estas estrategias, se puede aumentar la concienciación sobre las complejas causas de la obesidad y reforzar la prevención. En última instancia, es necesario actuar de forma proactiva para combatir eficazmente la obesidad y mejorar la calidad de vida.
La importancia de la educación
La educación desempeña un papel crucial en el desarrollo individual y social. No sólo fomenta el conocimiento y las habilidades, sino también el pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas. A través de la educación, las personas pueden mejorar sus oportunidades sociales y económicas, lo que conduce a una mayor calidad de vida. En un mundo globalizado, la educación también es importante para el entendimiento intercultural y la tolerancia, ya que aumenta la conciencia de las diferentes perspectivas.
La educación también contribuye a la promoción de la salud. Las personas informadas tienen más probabilidades de adoptar estilos de vida saludables y evitar riesgos para la salud. Especialmente en relación con problemas como la obesidad, los programas educativos pueden ayudar a enseñar estrategias de prevención y a concienciar sobre la importancia de la nutrición y el ejercicio.
A nivel social, un individuo bien educado contribuye a la estabilidad económica al producir una mano de obra cualificada. En un mundo cada vez más tecnificado, el aprendizaje permanente es más importante que nunca para seguir el ritmo del cambio. Por lo tanto, la educación debe promoverse como la clave para la transformación personal y social.
El papel de la política en la prevención de la obesidad
El papel de las políticas en la prevención de la obesidad es crucial para hacer frente a esta epidemia mundial. Las políticas deben basarse en la causalidad y no sólo en la predicción para ser eficaces y promover enfoques de tratamiento individualizados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que una definición clara del sobrepeso y la obesidad es esencial para desarrollar políticas sanitarias específicas.
Fuente: istockphoto Dacharlie
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