¿Qué se entiende por terapia de calor?
La terapia de calor es una forma de termoterapia, mediante la cual el calor en diversas formas tiene como objetivo aliviar el dolor y las enfermedades no inflamatorias. La mayoría de los métodos de termoterapia pertenecen al campo de la fisioterapia.
¿Cómo afecta el calor al cuerpo?
En principio se puede decir que el calor tiene un efecto agradable, relajante e incluso tonificante en el organismo. En primer lugar, el calor relaja los músculos y estimula el metabolismo del cuerpo. Este efecto surge de la mayor liberación de productos de degradación, la mayor absorción de nutrientes y el mayor transporte de oxígeno en el tejido. Además, se dice que un aumento de la temperatura en el tejido fortalece el sistema inmunológico.
¿Cuándo se recomienda la terapia de calor?
La termoterapia, además de otras terapias físicas como los masajes, puede ayudar, entre otras cosas, en enfermedades crónicas del sistema musculoesquelético. Entre ellos se incluyen, por ejemplo, la artrosis, la enfermedad de Bechterew, la tensión muscular y la inflamación crónica de las articulaciones. El calor también tiene un efecto relajante en estados de inquietud y excitación y, por tanto, puede proporcionar alivio.
Cuándo debes evitar la terapia de calor
Si tienes procesos inflamatorios agudos no debes utilizar la terapia de calor ya que esto aumentaría el proceso inflamatorio. El calor tampoco es el tratamiento adecuado para las infecciones febriles, la disnea, la hipotensión o la insuficiencia cardíaca.
¿Qué tipos de terapia de calor existen?
Las formas más conocidas de terapia de calor incluyen saunas y baños de vapor, compresas de barro, panecillos calientes o baños diversos. La terapia con ultrasonido también pertenece a este ámbito. El calentamiento se produce aquí mediante la energía mecánica de las ondas ultrasónicas. En la terapia de infrarrojos, el calor se obtiene a partir de la energía luminosa. La terapia de alta frecuencia utiliza campos electromagnéticos para generar calor.